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domingo, 2 de enero de 2011

EL ARBOL DEL BIEN Y DEL MAL. 2ª Parte: "ANTICRISTO", EL ARBOL DEL MAL


Reconozco que me cuesta encontrar dentro de esta película su propio título “Anticristo”, pues no es precisamente el componente masculino del mal por excelencia, el protagonista de lo que se nos quiere contar. Sugiere más bien una declaración de intenciones, una referencia al libro del mismo título de Nietzsche (lectura que el mismo reconoce) o una broma más de un director que sabe jugar genialmente con las posibilidades del cine, con los medios de comunicación y con sus incrédulos espectadores.

Es un paciente habituado a las sesiones de psiquiatría o psicología y parece haber aprendido a aplicar algunos de sus mejores trucos en sus trabajos (por ejemplo la hipnosis en “El elemento del crimen” y en “Europa” o las técnicas de psicología cognitiva en “Anticristo”) para terminar haciendo de su obra cinematográfica no sólo una búsqueda incesante de sus posibilidades como medio de expresión artística, sino también de una catarsis: de un espejo donde mirarse, jugar y reconocer sus demonios, o una cierta terapia de grupo con todos aquellos a los que provoca una respuesta.

En este caso y dada la “naturaleza” del film sería mejor clasificarla de exorcismo por sus connotaciones (anti)cristianas, aunque su trasfondo, como yo apuntaba en la 1ª parte de esta critica que dedicaba al film “Avatar”, vaya más allá de la brujería tal como la entendemos hoy en día y alcance a las primeras formas de religión chamánicas con su creencia en la Diosa Madre Naturaleza. Porque sin duda, para bien o para mal, es la mujer la protagonista de esta historia y de esa prehistoria, y en este caso a una Charlotte Gainsbourg inconmensurable, que consigue convencernos que como actriz tampoco es de este mundo, le ha tocado serlo para mal.
Tampoco había muchos más candidatos a protagonista, pues en la mayor parte de la película, como a Eva en el Edén sólo le acompañan Adán (Willem Dafoe en otra de sus milagrosas actuaciones), la naturaleza con su vegetación y sus animales. No voy a entrar en la polémica de una misoginia que el propio director niega, sino en intentar descubrir los trucos que este aprendiz de chamán moderno esconde en la manga sobre el poder de los símbolos que se esconden detrás de un cuento oral, escrito o filmado.

Puede que le haya pasado como al Quijote que después de haberse leído una buena colección de libros de chamanismo y brujería, junto a su peculiar relación con la fe cristiana nórdica, se montara semejante película en la cabeza que no tuviera más remedio que filmarla. Algo de lo cual me alegro, pues vuelve a ser aquel director que además de jugar a provocar es capaz de crear imágenes inimaginables y regalarnos momentos cinematográficos memorables. Algunos de los fragmentos en los que está dividida esta película están entre lo mejor que yo he visto filmado en los últimos años y otros repiten el esquema de pecado-culpa-sacrificio o castigo que ya ha venido probando con anterioridad y que ahora nos lo muestra de forma abiertamente mitológica.

Pero esto no es Pandora, donde las voces hablan a través de las hojas luminosas. En su Edén los muertos guardan silencio prisioneros entre las raíces oscuras de un árbol sin vida, el ARBOL DEL MAL: de la muerte, oscuro, yermo y sin semillas, responsable de la locura de todo aquel que pase bajo su sombra.
Incluso el roble que vive junto a la casa bombardea el tejado con sus bellotas, percutiendo como en el tambor de un chamán, alterando la consciencia de la protagonista (ya poseída por sus estudios de brujería) y le lleva a vivir los trances más amargos de su vida.

(El resto del texto contiene spoiler)

Mientras, el marido psicólogo (la versión científica de las técnicas psicológicas y del uso de drogas ancestrales) debe también padecer las torturas de toda iniciación (dando lugar a las famosas escenas de violencia y sexo sangriento), entrar en la cueva-útero de la Madre Tierra, sufrir una muerte simbólica con dolor, pues debe renacer para sacrificar el mal de la bruja durante la noche y en presencia de tres testigos: el cuervo negro que surge de la tierra y de la cueva, la madre cierva que da luz una cría muerta y el zorro parlante con su cascabel (otro objeto chamánico) que se proyectan como constelaciones en el cielo oscuro de la noche, útero de la Gran Madre Cósmica.
Luego la bruja es quemada en la hoguera y el iniciado es capaz de “ver” en el bosque las almas liberadas por el sacrificio. O puede que yo también esté exorcizando mis propios fantasmas, que no tenga ni pies ni cabeza y que mejor nos iría si Lars Von Trier cambiara de psiquiatra y yo de aficiones.

El por lo menos posee un sentido del humor muy personal que desconcierta las más de las veces, como el hecho de dedicarle el film a Andrei Tarkovsky, que aunque en su película “Sacrificio” aparezca una bruja, es un director con unas señas de identidad en las antípodas de las formas expuestas en este film.
Más que al director ruso la dedicatoria debiera ir dirigida a David Lynch, por muchos motivos, pero especialmente por la asociación de un lugar salvaje con el crimen y la posesión de los personajes por lo maligno que desarrolló en Twin Peaks, que ya influyó al director danés a la hora de crear su serie de culto ”Riget”.

Han pasado años desde la autolesión de “La pianista” de Haneke, decenios desde el corte del ojo de Buñuel, siglos desde la quema de brujas y milenios desde el escándalo del pecado original de Adán y Eva y aún hoy sigue provocando gran rechazo una película como “Anticristo” y una gran aceptación otra como “Avatar”, quizás para que el equilibrio mitológico entre el bien y el mal se mantenga.

1 comentario:

  1. De cuando es esta pelicula? tengo instropeccion cotidiana... y ademas en mi conjugacion de las pasiones presentes por el cine, me llevaron a encontrar este sitio de critica, afin tambien a mis curiosidades, en puntual recuerdo un hombre luchando contra raices oscuras y gruesas en un escenario domestico, al parecer el arbol era parte de su vida cotidiana y del hogar porque estaba en el patio o cercano a lo construido, el hombre en el recuerdo de la escena luchaba con una motosierra cortando raices que brotaban sangre... y no podria asegurar pero el protagonista buscaba liberar alguna victima que se encontraba en el interior del arbol.

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