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martes, 30 de noviembre de 2010

"THE WIRE": LLEVO UNA DOBLE VIDA EN SERIE

Llevo una doble vida, me acuesto en Baltimore y despierto en Bilbao.
Llevo así una temporada, o mejor dicho, unas cinco.
Llevo móvil, pero vuelvo a usar las cabinas de teléfono del barrio.
Llevo gente en mi coche, pero no se puede hablar en él.
Llevo deambulando por las mismas calles, pero todas parecen acabar en un callejón sin salida.
Llevo un tiempo disfrutando de the wire y en esto no hay peros.
El único error que se ha cometido con la serie es presentarla a los Emmy. No ganaron ninguno porque está por encima de todo eso, trasciende la pequeña pantalla y compite al nivel más alto, en todas las categorías de los Nóbel:

Nóbel de Literatura: este se lo darían seguro, no necesitan ni el guión, ni que escuchen los diálogos, basta con que lean las citas del comienzo de cada capítulo.

Nóbel de Economía: cómo se lo podrían negar, si esta serie sobre la corrupción a todos los niveles, predijo la crisis global del sistema financiero y el único que parece poder resolverla es Stringer Bell.

Nóbel de Química: si no es suficiente con la que desprenden los actores, no será por falta de investigación de substancias, en laboratorios clandestinos o policiales.

Nóbel de Física: los actores están en forma, pero cuando estudian trayectorias de balas, cuerpos y dinero cumplen con todos los principios de la termodinámica.

Nóbel de la Paz: si las consideradas mejores películas y series antibélicas pertenecen al género bélico, entonces esta serie es la más honesta, pues la guerra que filma no tiene ni principio ni fin, todos tienen sus razones y todos pierden algo, es la vida, día a día, sin tregua.

Nóbel de Medicina: este lo tienen difícil, simplemente por que no han metido la escucha en un hospital. Pero si se puede decir que el mundo está enfermo, esta serie es la mejor radiografía para acertar su diagnóstico.

En cuanto al guión, puesta en escena, ambientación, fotografía, actores…que se puede decir más, si hasta las ratas que aparecen en pantalla están perfectas.

Llevo una doble vida y las dos parecen de verdad, complejas y fascinantes, conectadas en serie por un simple cable de televisión.

2 comentarios:

  1. Hola Txusfin,

    Con el empujón final proporcionado por tu entrada, me decidí a ver "The Wire", y vaya... acabó de terminar la segunda temporada y estoy enganchado a esta realidad disfrazada de ficción.

    Me gusta como ambas temporadas, separadas por la escucha en la que se centran, pero unidas por los mismos protagonistas en ambos bandos, que sabe no decantarse ni tomar partido, que no ahorra policías o políticos corruptos ni delincuentes con corazón, porque... ¿quién puede evitar sentir simpatía por Omar? ¿o llegar a apreciar a Di Angelo? ¿o admirar la formación de Stringer Bell?.

    Me admira esa sensación de realidad, veracidad más bien, que me transmiten estos trabajadores de la polícia, la implicación de McNulty, las dependencias policiales humildes y sin presupuesto, esas quejas por las horas extras no pagadas a los polícias-funcionarios, pequeños detalles que nos acercan a esos trabajadores como si fuéramos uno de ellos.

    Y lo mejor es que aún me quedan tres años, tres temporadas que pasar con estos trabajadores,dentro o fuera de la ley, que sólo intentan ganarse la vida.

    Yo me despierto en Palma cada día, pero desde hace unos meses también llevo una doble vida en Baltimore.

    Un saludo y feliz verano.

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  2. Hola Syrio.

    Creo que una de las claves del conseguido grado de realismo de esta serie se asienta en la larga experiencia acumulada por parte de los creadores de la serie tras muchos años de trabajo en las calles de Baltimore. David Simon, como reportero, y Ed Burns, como policía, sabían lo que se cocía en tugurios y despachos de primera mano y, si por separado habían investigado los sucesos aislados, juntos parece que supieron encajar todas las piezas necesarias para lograr el puzzle-retrato de su ciudad.

    Lo que cuentan, de alguna manera, ha formado parte de su vida y esa experiencia se refleja con honestidad en cada una de las temporadas sobre ese mundo de crímenes y corrupción. Además buscaron las localizaciones en los mismos barrios deprimidos donde se mueve la delincuencia. Suelen comentar, que en un principio tenían dudas sobre el rodaje en esos escenarios reales, temían todo tipo de problemas, pero a la hora de la verdad las bandas aportaron historias y detalles de sus actividades que seguro dan un plus de autenticidad a los capítulos.

    Seguramente se podría hacer una buena película sobre las sesiones en las que diseñaban la serie, hilando historias y recuerdos, consultando hemerotecas y realizando castings.

    Tienes razón, hay personajes muy originales, con una gama de matices que abarcan todo el espectro humano. Omar es quizás el que mejor simboliza ese carácter ambiguo y complejo que han sabido imprimir a cada uno de los múltiples protagonistas, a mucha distancia del maniqueísmo simplón que abunda en televisión y cine.

    En la serie “Generation Kill” trasladaron la misma fórmula, esta vez como productores, a un texto ajeno, y aunque el resultado final es posiblemente de lo mejor que se realizado sobre la guerra de Irak, se nota que esos acontecimientos no los vivieron en primera persona. No la he visto, pero creo que en su nueva producción “Treme” se acercan más a ese mundo de “perdedores” tan reconocible.

    Hoy me llevo una doble alegría: el recibir tu excelente comentario y saber que estás disfrutando de esta magnífica serie.

    Un abrazo y feliz verano.

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